Bienvenido al Circuito de Management en el Gobierno
  Publicado | 10/2000
 
La teoría y la práctica del management moderno no son ajenos a la administración pública de hoy en día; las más avanzadas técnicas y corrientes de gestión pueden aplicarse a la adecuada conducción de un país. El arribo de Vicente Fox a la presidencia de México implica, más que la mera alternancia en el poder, el arribo de un estilo de gobernar influido por el management y el pensamiento empresarial y ejecutivo. ¿Cómo se utilizan la mercadotécnica, la selección de ejecutivos y las ideas de la calidad total y el capital humano en la administración pública? Los materiales que le presentamos a continuación lo ilustran fehacientemente. En este circuito encontrará:
  • Un artículo en el que Carlos Llano Cifuentes, autor de numerosos libros y catedrático del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), reflexiona en torno a una pregunta: ¿sirve el management para gobernar?
  • Una entrevista con Ricardo Homs, autor del libro Estrategias de Marketing Político y director de The Trout & Partners Company, en la cual se discute lo que la sociedad espera de sus líderes, tanto empresariales como políticos.
  • Una charla con Adolfo Medina Haro, director de Heidrick & Struggles México, uno de los despachos de head hunters encargados de seleccionar al gabinete de Vicente Fox
  • Una explicación de los cinco términos de management que estarán presentes en la administración Fox.
Todo el material ha sido elaborado especialmente para usted por nuestro equipo de intermanagers.com.
 
 
Paso 1 de 4: ¿Sirve el Management para gobernar?
Tema/s | Administración - Liderazgo - Management - Política - Sector público
Autor/es | Intermanagers, redacción
Publicado | 10/2000
La decisión de involucrar "caza talentos" en la integración del gabinete presidencial de Vicente Fox Quesada desató una avalancha de opiniones sobre qué tan atinada fue esa medida. La idea de involucrar cazadores de talentos no es nueva, según el doctor Carlos Llano Cifuentes, autor de varios títulos y catedrático del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE). La novedad fue que se hiciera público ya que, en pasadas administraciones, se ha hecho discretamente y con cazadores más inmersos en la esfera política que en la privada. La decisión del virtual presidente electo hace eco a su supuesta intención de gobernar a México como si se tratara de una corporación.

¿Es posible gobernar un país de la misma manera que se dirige una empresa? Según Llano es cuestión de matizar. "La ciencia del management se ha aplicado a cualquier universo humano, cualquier tipo de organización ya sea política o mercantil. Sin embargo, igual que todas las grandes disciplinas, tiene sectores que requieren de acciones específicas. El sector de la empresa mercantil en este sentido difiere sustancialmente de la administración política. Donde se presenta la principal dificultad es en discernir la base fundamental que sirve para cualquier tipo de mando o dirección y aquello que es específico del campo mercantil o político", dice.

Se requiere de un gran criterio para discernir que algo que sirve para la venta de un producto o prestación de servicio no funciona para la prestación de un servicio público. Según Llano en la ausencia de este criterio cabe el peligro de monopolizar un sistema de trabajo para cualquier campo de acción. Por ejemplo, un hospital normalmente se dirige con bases semejantes a las de un hotel. Sin embargo, el hotel tiene una naturaleza propia, con exigencias particulares distintas a las del hospital. Los clientes del hotel son turistas mientras que los del hospital son enfermos. Lo específico del hospital y del hotel es lo que hace que el gerente deba tener una enorme flexibilidad.

Queda por comprobarse si el virtual presidente electo tiene o no esa flexibilidad. "Si los head-hunters son sólo para gerentes de empresa, yo diría que es una equivocación contratarlos para formar el gabinete. Si son head-hunters que también han trabajado con el gobierno, me parece un acierto. Se trata de un outsourcing; en lugar de que una sola persona escoja se contrate a alguien que sepa seleccionar, ver la categoría del individuo y si sirve o no", explica Llano.


No es fácil romper con el pasado

Llano afirma que sí existen cazadores de talentos para el sector público. "Hay personas que conocen a políticos y recomiendan. No es una agencia que se encuentre en la sección amarilla, pero sí hay personas que están en contacto con el mundo político y que recomiendan a los unos con los otros". En el pasado político mexicano estas selecciones se hacían basándose en la amistad o parentesco. Por otra parte no se puede aseverar que Fox carezca de inclinaciones personales. Sin embargo, los integrantes que conforman los equipos de transición que Fox ha constituido, cuentan con credenciales para asumir las responsabilidades de las que son depositarios. El catedrático del IPADE dice que presumiblemente el virtual presidente electo tendrá la flexibilidad para combinar la dirección mercantil con la política.

El hecho de que una persona se haya desempeñado en cierto ámbito no imposibilita la incursión en otra actividad. Un directivo de Coca Cola no tiene por qué quedarse encarrilado siempre para dirigir esta corporación, también puede dirigir una fábrica de automóviles o un país, según Llano. El hecho de que se tenga experiencia en determinados campos no significa que va a aplicar unívocamente, sin ninguna traducción ese modo de trabajar. Un secretario de gobernación que fue antes gobernador de Tamaulipas tendrá que hacerlo como secretario de gobernación valiéndose de su experiencia anterior, pero adaptado a las nuevas circunstancias.

"Vaclav Havel es una persona a la que estimo mucho y que cito con frecuencia. Era un literato inteligente que pasó una buena parte de su vida en prisión y pasó de los sótanos de la cárcel al palacio de Bohemia. Es un buen gobernante porque aplica los conceptos humanísticos precisamente a las facultades del gobierno", dice Llano. Explica que hay dos modos de hacer empresa y que no todos los modelos de dirección de empresa son iguales. Hay una que tiene un tipo de visión técnica y otra con una visión humana.
"Yo me dedico al estudio de la empresa como comunidad de personas. Las personas que dirigen empresas, entendidas más como una comunidad de personas que como un establecimiento de sistemas de operación, están más facilitadas para llevar a cabo una tarea de carácter político porque en último término, la persona sigue siendo igual. El hombre antropológicamente considerado es igual gerente de una empresa mercantil o director de un ayuntamiento. Como hombre tiene sus mismos principios, sus mismas pasiones, sus mismas virtudes y defectos. Cuando uno dirige personas se encuentra más capacitado para dirigir a otros ya sea en una actividad mercantil o política".

Algunos observadores le atribuyen un tinte negativo al hecho de que se dirija a una nación como a una gran empresa. "Evidentemente este tipo de comentario es síntoma de una sociedad que no está acostumbrada a la flexibilidad. Por un lado, está acostumbrada a personas que tienen un pasado político determinado que por mucho que haya variado ha durado 71 años. Yo mismo no estoy acostumbrado a otros tipos de gobierno; sin embargo, el PRI también ha tenido el acierto de tener cierta flexibilidad. No tenemos porqué no pensar que los nuevos gobernantes no la tengan", agrega Llano.

Sin embargo, señala el peligro de que se gobierne al país con una técnica neoliberal químicamente pura en donde las leyes del mercado y la producción sean las que prevalezcan sobre otro tipo de dimensión gubernamental. Sería un error, porque el hombre y la sociedad son plurifacéticos y pluridimensionales. No se le puede dirigir sólo desde el punto de vista del popote de la economía, ni tampoco del popote de la política. Se necesita una cierta bicefalia: ser bueno para la técnica y también eficaz para la relación con las personas: eso es muy difícil de conseguir, añade. De cualquier manera, se tienen seis años para demostrar si efectivamente se deben dejar las viejas prácticas para dar paso a una nueva manera de dirigir un país.

© Gabriela Ruiz Bonilla / Intermanagers 2000
 
Paso 2 de 4: Se buscan líderes
Tema/s | Cambio - Liderazgo - Política
Autor/es | Intermanagers, redacción
Publicado | 10/2000

Muchos pudieron verlo: conforme las pasadas campañas en pos de la presidencia de México se intensificaron, la ausencia de un verdadero liderazgo se hizo cada vez más evidente. Eso afirma Ricardo Homs, director general de The Trout & Partners Company, empresa dedicada al desarrollo de proyectos de posicionamiento. Homs publicó recientemente Estrategias de marketing político, un libro sobre el liderazgo. "El libro partió del hecho de que vivimos en un país de autócratas. Desde el México prehispánico hemos tenido la figura del cacique aunada a la cultura feudal que nos llegó de Europa."

Las figuras que se han mantenido en el poder no son necesariamente líderes porque, según Homs, un líder es un conductor social y un modelo para otros. Por muchos años aquellos en el poder en los sectores público o privado no se han preocupado por la percepción que inspiran sus acciones, siempre y cuando no se cuestione su poder. Mientras que una de las principales preocupaciones del autócrata reside en conservar el poder, el líder se responsabiliza por "los espacios que dejan las indefiniciones de otros".

"El líder siempre es el primero en entender una problemática, en clarificarla, y en decidir la mejor alternativa de resolución", escribe Homs en su más reciente libro. En México hay una enorme tarea por hacer, ya que de la vieja cultura de represión el mexicano aprendió a no sentirse seguro de decir algo por no saber cómo se pueda tomar.

Autoridad versus poder

"Esta es una cultura de apariencias entre las cuales la realidad está oculta. Por eso traté de entender el fenómeno del liderazgo. Llegué a la conclusión de que la humanidad siempre se ha movido entre dos esquemas: la autoridad y el poder". El poder es algo que se ejerce de modo autocrático y autoritario para beneficio personal. La autoridad, por otra parte, es una encomienda delegada por una institución que le encarga a alguien ser el guardián de valores, funciones, procesos, etcétera. "A partir de que entramos en la globalización empezamos a tomar otros valores. Me remito a la teoría de que todas las culturas del mundo a través de la historia de la humanidad están influidas por cuatro ámbitos: intelectual, práctico, ético y emocional."

"El intelectual tiene que ver la capacidad de maravillarse y tratar de entender lo que pasa alrededor. El ámbito práctico que nos lleva a realizar cosas. El área de lo ético es la parte de la sociedad que intenta regirse por normas para dar certidumbre a la comunión de intereses, a tratar de proteger al más débil, al vulnerable. Finalmente está el ámbito emocional, caracterizado por una vida interior rica que se manifiesta en cosas pasionales pero también en el arte."

Propuestas borrosas

Homs menciona los cuatro ámbitos para dejar constancia de que en un país ético y práctico las verdades son de consenso y sociales. En este ámbito están alineados los países de alto desarrollo industrial. Los países latinoamericanos tienen una fuerte ascendiente filosófica e intelectual, así como emocional. En el caso mexicano, Homs dice que la ciudadanía ha evolucionado pero los que se han quedado atrás son los partidos políticos, los que han perdido su definición.

Sin embargo, la sociedad ya no quiere someterse a los abusos del poder y demanda una figura de autoridad. La autoridad requiere a la cabeza a alguien que se convierta en representante y que sea un auténtico líder. "El líder es el que define el rumbo, el que pone el ejemplo; es el primero en todo, el depositario de un acervo de valores y normas; tiene una conciencia absoluta de que debe ser el que pone el ejemplo." Los partidos políticos y la futura administración de Vicente Fox Quesada, en conjunto con el sector privado, tienen una enorme tarea por delante.

"Hasta ahora el marketing político se ha usado para crear fachadas que nunca se sabe a qué corresponden. El marketing político al que me refiero en el libro no se puede manejar como marketing de productos. El marketing de productos se trabaja sobre algo pasivo, inanimado. El marketing político tiene como objeto de trabajo a un individuo pensante que tiene valores, ideas y toda una vida interior. El marketing político debe destacar justamente esas cualidades, tiene que tener autenticidad para darle credibilidad.

"Los partidos políticos, de cualquier parte del mundo, quiérase o no, hoy viven su peor crisis. Hoy carecen de credibilidad, porque como instituciones políticas han perdido definición y posicionamiento frente a la sociedad", escribe Homs. Dice que la sociedad toma decisiones con base en la personalidad de los candidatos, más no en la plataforma política de los partidos.

Predice que de no modificarse esta tendencia el vacío ideológico será ocupado por Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) en vista de que los partidos políticos se hacen cada vez más obsoletos. "Los partidos políticos deben olvidar 'clichés' ideológicos que hoy carecen de significación social, puesto que la lucha de clases ya no tiene validez", anota.

Lo que la sociedad espera de sus líderes
  • Capacidad para visualizar un objetivo de alto significado social.
  • Sensibilidad para comunicarlo y lograr seducir a quienes deben ayudar a cristalizarlo.
  • Credibilidad para generar consenso.
  • Disciplina y persistencia para superar los obstáculos que se interpongan.
  • Sentido de equidad y justicia para compartir y redistribuir sus beneficios.
  • Fortaleza moral para mantener el control mediante la persuasión.
Fuente: Estrategias de marketing político
© Gabriela Ruiz Bonilla / Intermanagers 2000
 
Paso 3 de 4: A la caza del talento
Tema/s | Equipos de trabajo - Recursos Humanos - Sector público - Selección de personal
Autor/es | Intermanagers, redacción
Publicado | 10/2000
La globalización ha redundado en que los límites que dividen a las esferas privada y gubernamental cada vez se tornen más difusos. Términos como “calidad total”, “eficiencia” y “productividad”, entre muchos otros, son hoy un lugar común en el discurso político de las principales naciones que conforman la denominada “aldea global”. El triunfo de Vicente Fox Quesada en los comicios del pasado 2 de julio ha subrayado esta tendencia en México. Entre las estrategias planteadas por el presidente electo, resalta el uso de head hunters para seleccionar a las personas que conformarán el gabinete que dirigirá el país a partir del primero de diciembre.

El proceso ha sido polémico. Bajo la óptica de sus panegiristas, constituye el primer paso del nuevo gobierno para desmantelar la cultura del “amiguismo” que ha prevalecido en la política del país a lo largo de varias décadas. Para sus detractores, en cambio, es una materialización del enfoque neoliberal de un presidente electo que concibe a México como una empresa que debe ser manejada por “supergerentes” y no por personas comprometidas con los problemas sociales de la población.

De los cinco despachos de head hunters que están participando en el proceso para diseñar al equipo de Fox, resalta la participación de Heidrick & Struggles (www.heidrick.com), empresa líder en su mercado y responsable, a escala global, de haber seleccionado a los CEOs de compañías como IBM, AT&T, 3M y Eastman Kodak, entre muchas otras. En aras de contribuir al debate, Inter.managers.com se entrevistó con Adolfo Medina Haro, director de Heidrick & Struggles México, quien además de discutir sobre el papel de su empresa en la selección del gabinete, reveló algunos de los problemas que enfrentan los head hunters en el ambiente empresarial mexicano.


En México, la cultura del nepotismo y el compadrazgo aún está muy acendrada en el mundo empresarial, sobre todo en lo que se refiere al reclutamiento de personal. Generalmente, el personal tiende a seleccionarse en función de recomendaciones y amiguismos. ¿Cómo opera una empresa como Heidrick & Struggles en este contexto?

Hace una década, la cultura del compadrazgo y el nepotismo que describe era algo que me encontraba todo el tiempo. Sin embargo, la necesidad de competir ha redundado en que eso cambie. Si tú eres una compañía local que enfrenta a otra empresa proveniente de Estados Unidos o Europa, tú única opción de supervivencia es competir con las mejores personas disponibles, más allá de los amiguismos. Sí se ha dado, entonces, un cambio notable en el empresariado mexicano. Ahora bien, esta clase de cambios no se pueden dar de la noche a la mañana. El proceso ha sido doloroso para varias empresas. Por ejemplo, en estos años nos hemos encontrado con situaciones en las que nos contrata una compañía local que nos plantea su inquietud de encontrar un dirigente que les ayude a cambiar a un modelo global y menos familiar. Nosotros les llevamos a esa persona y, ya pasado un tiempo, resulta que a la estructura tradicional de esa empresa no le gustó que el nuevo ejecutivo tomara decisiones, por lo que desechan su deseo de transformación y permanecen como entidades familiares. Afortunadamente, esa clase de situaciones ha sido la minoría; en la mayoría de los casos el nuevo ejecutivo es una persona con una gran capacidad de liderazgo que termina por convencer a los dueños y los accionistas del sentido del cambio.


¿Dónde y cómo encontrar a esas personas capaces de nadar contra la corriente e implementar cambios estructurales?

La condición sine qua non que buscamos en los ejecutivos que reclutamos es el liderazgo, por la sencilla razón de que Heidrick & Struggles se concentra en los dos niveles más altos de las empresas: presidentes y directores. ¿Cómo los seleccionamos? Mediante una metodología a la que hemos denominado como “evaluación basada en competencias”. Este esquema está orientado a identificar aquellos comportamientos que el cliente desea infundir en su empresa. No se trata sólo de buscar a líderes, sino de identificar la clase específica de líder que necesita una empresa en particular. Para hacer esto, definimos perfectamente las necesidades de nuestro cliente y realizamos una serie de entrevistas estructuradas con varios candidatos. Cuando encontramos a un candidato que haya mostrado a lo largo de su carrera la clase de comportamiento que queremos, entonces lo canalizamos a la empresa. Nuestra técnica cuenta con un coeficiente de validación estadística de éxito del 70%. En términos de comportamiento humano, esta cifra es altísima; de hecho, es la más elevada del mundo en su clase.


¿Qué otros indicadores tienen para medir el éxito o fracaso de su selección?

El mejor indicador es el resultado que producen los ejecutivos que colocamos. Si a lo largo del tiempo coloco ejecutivos que elevan el valor de la compañía para que trabajan, hice bien mi trabajo. Al final del día, la clave del negocio radica en predecir el comportamiento de las personas que seleccionamos. Nuestro éxito no es cuestión de percepción y se basa en datos duros. En Estados Unidos, por ejemplo, hemos comparado el crecimiento del valor de las acciones de las compañías en las que nosotros hemos puesto al presidente contra el crecimiento de las acciones de la competencia de esa empresa. Por decir algo, nosotros pusimos al actual presidente de IBM y, por tanto, hemos comparado el valor de IBM con el de las otras compañías de ese sector. El resultado ha sido satisfactorio. Es más, los ejecutivos recomendados por Heidrich se han desempeñado por arriba del resto de su sector industrial en el 90 % de los casos.


Pasemos al tema de moda: la selección del gabinete de Vicente Fox. Tengo entendido que ustedes no van a cobrar. ¿Por qué? ¿Cuál es el atractivo?

Sin duda es el proyecto más importante de nuestra vida profesional. El pensar que las personas que tú identifiques van a tener injerencia sobre las vidas de cien millones de mexicanos es un reto enorme; no sólo es un compromiso moral con un cliente, sino con todo un país, por lo que la responsabilidad es mayúscula. Por otro lado, también es un privilegio, puesto que nos están invitando a ser un jugador clave en cambiar la forma de cómo se gobierna este país, y eso, por sí mismo, es un motivo suficiente para involucrarnos de lleno sin pensar en cuestiones monetarias.


¿No lo están haciendo para publicitarse como una empresa seria y respetable?

Si se le da un seguimiento a los medios, queda claro que hemos tratado de ser muy discretos ante la opinión pública. Y lo hemos hecho así para no perder el enfoque. Si lo hiciéramos por publicidad, seguramente perderíamos el tiempo en promoción y terminaríamos por hacer mal nuestro trabajo. Y aquí el punto principal es servir a México. Si hacemos bien nuestro trabajo de selección, todos nos vamos a ver beneficiados, porque un país bien gobernado va a ser un país creciente que demande muchos ejecutivos y, en consecuencia, los head hunters vamos a tener más trabajo.


¿Ya finalizaron el proceso de selección?

No, todavía queda mucho trabajo por hacer. La primera fase fue crear una base de datos compuesta de mexicanos y mexicanas de “clase mundial”, sin reparar si estaban en el extranjero o en el país, en la industria privada o el sector público. Esa base de datos se tamizó hasta llegar a un listado de posibles candidatos preasignados a una determinada posición. Actualmente, estamos trabajando en un proceso de filtración para sacar las ternas de candidatos que van a ser entrevistados por el propio presidente electo, quien será el que tome la decisión final. Y sí quisiera recalcar esto: la decisión final es responsabilidad exclusiva de Vicente Fox y de nadie más. Nosotros no tenemos ninguna autoridad o prerrogativa para decidir la posición que ocupará tal o cual candidato. Lo que nos toca es evaluar candidatos y presentarle a Fox los tres mejores para cada posición, y ya entonces él decidirá cuál es el idóneo.


Para la opinión pública no está muy clara su esfera de injerencia. ¿Están buscando sólo a los titulares de las secretarías, o también a subsecretarios y jefes de área?

En un principio estamos trabajando en función del gabinete y el gabinete ampliado. Presentamos las ternas para secretarios de Estado y los dirigentes de los organismos descentralizados o desconcentrados.


Me imagino que deben de estar considerando parámetros de evaluación que no contemplan en su labor diaria, ya que la esfera política requiere de habilidades que no necesariamente están presentes en la esfera empresarial.

Definitivamente. Los parámetros no los definimos nosotros, sino el presidente electo. Hemos recibido de Fox los parámetros y competencias que se esperan de estas personas. Los valores generales para todos los candidatos con claros: el amor a México, la obtención de resultados, la capacidad probada, el compromiso social y la honestidad. A eso hay que añadirle, para cada posición, cuestiones muy específicas: en algunos casos se requiere que sean personas con conocimientos y relaciones internacionales, en otros que cuenten con una gran habilidad de negociación o tengan formación política. En fin, cada puesto es distinto y necesita de habilidades específicas.


En específico, ¿qué puestos del gabinete está buscando Heidrick & Struggles?

De asuntos específicos no puedo decir nada. No puedo revelar los puestos que Heidrick está buscando. El equipo de presidente electo le designó a cada firma una serie de posiciones. Cada firma busca puestos específicos. Con respecto a quién está buscando qué, la verdad es que no puedo dar esa información; es confidencial y propiedad exclusiva del presidente electo. De él y de Ramón Muñoz, que es quien encabeza el proyecto de la conformación del gabinete y se desempeñó como jefe de asesores de Fox en Guanajuato.


Algunos analistas políticos han especulado que esta dinámica de armar el gabinete mediante head hunters es en realidad una estrategia de Fox para desvincularse de los compromisos de campaña formulados con algunos grupos de poder; es decir, para justificar sus nombramientos de tal manera que pueda defenderse de eventuales reclamaciones de aquellos personajes incómodos que lo apoyaron y esperan contar con un puesto representativo en el gabinete. ¿No les preocupa quedar atrapados en un juego político que los desprestigie?

De ninguna manera. Primero, yo no puedo hablar por el presidente electo. Segundo, nuestro trabajo se restringe al proceso que sabemos hacer, el que involucra la búsqueda e identificación de talento. Nada más. Las decisiones políticas no nos incumben y no vamos a participar en ellas. La única forma en la que podría haber desprestigio para nosotros es si presentamos personas de segunda clase. Además, aquí hay un acotamiento: que no se olvide que hubo una convocatoria abierta a la sociedad para que todos los grupos, cámaras y organizaciones sociales propusieran candidatos.


Pero eso suena demagógico. Ustedes ya tienen más o menos definidos los nombres de los posibles candidatos, difícilmente se van a poner a revisar la currícula de cualquier persona que se autoproponga o sea propuesta por una cámara u organismo social.

Claro, pero esas propuestas ya estaban acotadas de esa manera, porque la misma dimensión de la invitación obliga a que todos se cuiden y propongan a las personas más capacitadas. Si se ven los nombres mencionados por las cámaras y organizaciones hay grandes coincidencias, porque lo que está muy claro es el objetivo: encontrar a los mejores para el gabinete.


¿Temen que sus candidatos no sean del agrado del presidente electo?

Puede suceder. Se corre el riesgo de que ninguno de los tres propuestos le guste al presidente electo, pero, de ser ese el caso, se le presenta otra terna de tres. No obstante, por eso es que el proceso es tan exhaustivo, para que en efecto sean los mejores posibles para el puesto. Ahora, vuelvo a repetir, quien tiene la prerrogativa de elegir es Vicente Fox y nadie más.


¿Usted cree que de ahora en adelante los gabinetes de futuras administraciones serán armados vía head hunters?

Es difícil decirlo. El ciclo de seis años en el poder es muy grande y ni siquiera imaginamos quién podría ser el presidente en el 2006, ni qué clase de decisiones vaya a tomar. Aunque si evaluamos las tendencias en el mundo de los negocios, hoy difícilmente se nombra a un ejecutivo de alto nivel sin un proceso de búsqueda. El uso de head hunters es relativamente inédito; sí, claro, se han dado algunas experiencias previas en Estados Unidos, nosotros mismos ayudamos en El Salvador hace algunos años, pero prácticamente no existe una experiencia previa. Creo, entonces, que el futuro uso de head hunters en la esfera pública dependerá del resultado que produzca este esfuerzo y de la visión que tengan los futuros presidentes de nuestro trabajo.


La administración pública paga menos que la privada y sin duda está sujeta a un mayor escrutinio por parte de la opinión pública. Muchos, incluso, no pueden soportar la presión y optan por el regreso a la esfera privada (Martín Werner) o por salidas más dramáticas (Raúl Ramos Tercero). ¿Es difícil convencer a aquellos potenciales candidatos provenientes de la empresa privada para que hagan el cambio a la empresa pública?

Se sorprendería si viera las reacciones de las personas con las que hemos hablado. Yo mismo me sorprendí. Casi todos manifiestan interés y amor a México. Cada persona cuenta con una escala de valores distinta y, sí, a algunas les importa más el dinero. Pero esas son la minoría.


Una vez que Fox anuncie a los miembros de su gabinete, ¿van a publicar un desplegado en el que revelen cuáles fueron los secretarios propuestos por ustedes?

De ninguna manera se va a hacer eso. El secreto se va mantener para toda la vida. Repito: esa será la responsabilidad del presidente electo. Se están creando muchas expectativas y lo que no se debe olvidar es que para que este país se convierta en lo que queremos todos tenemos que trabajar. Ninguna persona puede llegar el primero de diciembre y cambiar al país como por arte de magia. Es un esfuerzo de todos y no de unos cuantos.

© Mauricio González Lara / Intermanagers 2000
 
Paso 4 de 4: Cinco términos de management para entender la era Fox
Tema/s | Management - Sector público - Administración
Autor/es | Intermanagers, redacción
Publicado | 10/2000

Ganar unas elecciones no basta. Para instalarse de manera definitiva en el imaginario de los mexicanos, la era política que comenzará el 1º. de diciembre de 2000 requerirá de construir un nuevo lenguaje que sustituya al argot priísta usado en el país durante los últimos 80 años. Ese nuevo vocabulario no será uno de carácter técnico o teórico; por el contrario, al igual que el sistema priísta se distinguió por el uso de términos coloquiales para designar sus prácticas autoritarias (“dedazo”, “cochupo”, “mordida”, “corporativismo”, “carro completo”), es previsible que la administración de Vicente Fox Quesada cree un vocabulario que se identifique plenamente con el “estilo personal de gobernar” del primer presidente panista. Ahora bien, como se ha visto a lo largo de este circuito, ese “estilo personal de gobernar” es uno identificado con el management, lo que no es de sorprender si se toma en cuenta el historial empresarial del presidente electo, quien inclusive ha adelantado que su gestión será muy similar a la administración de una compañía. En efecto, para bien o para mal, Fox conceptuará al país como “México, S.A.”; es decir, como una gran empresa donde la eficiencia y los procesos se evaluarán de una manera pragmática y numérica. En concordancia con esa visión, es indudable que algunos términos empresariales se pondrán en boga y serán el lugar común de los corrillos políticos. Los más destacados serán lo siguientes:

1 ) Marketing

En términos académicos, la mercadotecnia o marketing se define como “la realización de las actividades comerciales que dirigen el flujo de bienes y servicios del fabricante o productor de los mismos al consumidor o usuario”. Es, en resumidas cuentas, la identificación de las necesidades, deseos y preferencias del mercado, lo que a su vez determina qué bienes y servicios debería ofrecer la empresa.

Suena complicado, pero en realidad todo el concepto se puede resumir en tres preguntas clave que todo buen empresario debe responderse antes de emprender una nueva aventura comercial: ¿Qué ideas vender? ¿Cómo venderlas? ¿A quién venderlas?

En orden de ser exitoso, un buen plan de mercadotecnia debe estar plenamente centrado en las necesidades del mercado y en la capacidad de la empresa para satisfacer esos requerimientos. Lo que el consumidor demanda es lo que la compañía tiene que dar. Como han señalado diversos analistas críticos, lo que el consumidor desea no siempre es bueno para la sociedad en su conjunto. Los conflictos entre consumidor individual y sociedad en general pueden ser múltiples: ¿deberían las industrias automotrices estimular la venta de vehículos más grandes, pese a los escasos recursos petrolíferos?, ¿debería incentivarse la venta de productos no biodegradables (aerosoles, plástico) simplemente porque existe un mercado para ellos?, ¿deberían venderse ciertos productos a sabiendas de que son nocivos para la salud pública?

Los cuestionamientos no son menores e, inclusive, han generado opiniones que propugnan por centrar a la mercadotecnia en la sociedad y no tanto en el mercado. La percepción general, empero, es que tal dinámica no funcionaría puesto que en un mercado libre las ganancias y la supervivencia económica tienden a imponerse a las preocupaciones sociales.

En años recientes, el marketing ha dejado de ser privativo de la esfera empresarial y se ha insertado con contundencia en el mundo de la política. Atrás han quedado los tiempos de las plataformas, la diferenciación ideológica y los principios. Hoy lo que cuenta es saber proyectar una imagen convincente y pragmática que logre satisfacer las inquietudes de los consumidores (electorado). Ningún otro político ha entendido tan bien este paradigma como Fox. Francisco Javier Ortiz, colaborador del presidente electo durante la campaña, explica: “La mercadotecnia es una herramienta que permite, por ejemplo, detectar cuándo el lenguaje político debe ser explicado en términos más sencillos. La labor del marketing es tener la habilidad de traducir el lenguaje político en uno claro y directo” (La Jornada, 18/07/2000).

En palabras de Jenaro Villamil, analista político, el marketing foxista fue tan exitoso que se sintetizó en dos monosílabos: “ya” y “hoy”.


2 ) Calidad Total

No existe, en realidad, una teoría detallada sobre la calidad total, ya que tan sólo es una manera de definir cuándo un proceso ha sido llevado a cabo con altos niveles de excelencia.

Fox se ha referido a la calidad total para explicar que la burocracia, así como las actividades en las que esté involucrado el gobierno, se regirán bajo indicadores científicos de eficiencia. Para lograr esto, el presidente electo piensa instaurar una dinámica que se conoce en términos de management como “círculos de calidad”; es decir, pequeños grupos de personas que, bajo el patrocinio de la dirección (la presidencia), se reúnen voluntariamente con carácter regular para identificar y resolver problemas de trabajo.

Por lo general, lo “círculos de calidad” están formados por pequeños grupos de empleados, provenientes de la misma área de la empresa, cuyo propósito es identificar las dificultades y plantear estrategias para resolverlas. Cada círculo tiene un líder, que suele ser el supervisor o jefe de equipo y que está conectado, casi de manera orgánica, a la dirección general.

Fox planea realizar esta idea mediante el establecimiento de siete “zares” (líderes de círculo) que supervisen las distintas secretarías que conformen el gabinete: un coordinador de seguridad nacional supervisaría al secretario de Gobernación, la propuesta nueva oficina del fiscal federal, y el Cisen, el servicio de inteligencia estatal. Otro coordinador, de asuntos indígenas y rurales, controlaría a las secretarías de Agricultura, Reforma Agraria, Medio Ambiente y el Instituto Nacional Indigenista. Además habría un coordinador de desarrollo social, con responsabilidades de control sobre las secretarías de Desarrollo Social, Salud, Educación y la cartera de Trabajo. Los otros cuatro “zares” supervisarían la coordinación de las áreas de corrupción, asuntos internacionales, comercio internacional e inmigración. El propósito sería, proporción guardada, el mismo que prevalece en una empresa: aprovechar al máximo los recursos y evitar la duplicación de funciones y responsabilidades.


3 ) Head hunters

Ya Adolfo Medina, director de Heidrick & Struggles México, explicó a intermanagers.com el proceso de selección del gabinete mediante la utilización de “cazadores de talentos”. En caso de que la selección sea exitosa, y no una mera cortina de humo fabricada para desvincularse de la obligación de nombrar en puestos importantes a algunos personajes incómodos, agencias como Korn Ferry International, Hever Amrop, Smith Search, y la misma Heidrick & Struggles, podrían tornarse en actores fundamentales en los años por venir.


4 ) Managers

De manera sardónica, algunos observadores de la vida política nacional (como Alfonso Zárate, por ejemplo) han señalado que el país de la era Fox será controlado por “supermanagers”, quienes se encargarán de supervisar los diversos “puntos de venta” (instituciones, estados, ayuntamientos) que componen al país. La analogía podría antojarse injusta si no fuera porque fue el mismo Fox quien mencionó la metáfora de los “puntos de venta” durante su campaña.

De acuerdo con L.R. Bittel y J.E. Ramsey, autores de la Enciclopedia del management, el término manager (o gerente) engloba a una enorme variedad de personas, aunque sí es factible aventurar una definición: un manager es el miembro de una organización cuyas tareas, deberes y responsabilidades incluyen la supervisión de otras personas. El acto de supervisar a otros exige una reducción, no una eliminación, del trabajo técnico y un aumento de la importancia relativa de las funciones directivas de planificación, organización, control y coordinación y similares.

Sólo de esta forma, apuntan Bittel y Ramsey, pueden construir organizaciones a gran escala y pueden emprenderse misiones de gran envergadura, como lo sería, obviamente, el gobierno de México.


5 ) Sistema Domino´s Pizza

El 26 de marzo de 2000, en plena campaña electoral, Fox delineó su visión social para las comunidades rurales con una curiosa alegoría: “Será como un sistema de Domino’s Pizza; no habrá una sola familia que no tenga a media hora de su casa una clínica de salud.”

La declaración engloba las virtudes y los defectos del lenguaje foxista y su inclinación empresarial. Por un lado, con términos sencillos y claros (mercadotecnia), el entonces candidato (gerente) explicaba la necesidad de establecer servicios sociales tan ubicuos (puntos de venta), eficientes (calidad total) y accesibles como una empresa de la talla de Domino’s Pizza; por otro lado, también evidenciaba una notoria falta de sensibilidad al creer que las necesidades de 40 millones de pobres pueden ser solventadas con un sistema de asistencia social inspirado en una franquicia.


© Mauricio González Lara / Intermanagers 2000